Cuando los/as manifestantes protestan de forma pacífica y legal, las autoridades no pueden arrestarlos. Sólo si la amenaza de causar violencia es inminente y real o puede interferir con los derechos o libertades de otros/as, entonces las autoridades pueden tomar medidas para prevenirlas, siempre y cuando dicha conducta instigue o provoque violencia. En este sentido, para ejecutar acciones que puedan restringir la manifestación, no es suficiente que exista un simple desorden, sino que deben configurarse presunciones razonables de que se produzca violencia.